
Te cuento el segundo acontecimiento: Naren tuvo una gran idea, le rogó a Sri Ramakrishna que pidiera a la Divina Madre un buen empleo para él. El Maestro lo escuchó y le ordenó que lo pidiera él mismo. El problema era que Naren no reconocía a Dios como la Madre Divina que nos cuida con profundo cariño. Igualmente obedeció y se fue a rezar, no muy convencido del resultado. Pero, al rato, se llenó de tanto amor por la Divina Madre que solo le pidió por más amor y conocimiento. Más tarde el Maestro le preguntó: "¿Rogaste por tus necesidades?" -"No Señor”,contestó él -”Me olvidé”. El Maestro lo envió nuevamente a hacer su pedido y luego otra vez más. Pero, cada vez, Naren lo olvidaba porque quedaba encantado de amor a la Madre Divina. Entonces, decidió rogarle a Sri Ramakrishna: “Señor, concédame esta gracia: que mi familia no sufra más esta gran pobreza”. Insistió mucho, hasta que Sri Ramakrishna dijo: “Muy bien. A tu familia nunca le faltará ropa y comida sencillas”.
Y así fue.
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