25.- ¡Qué conversador!


Una vez, el maestro sorprendió a Naren y a sus compañeros pidiéndoles que repitieran lo que acababa de explicar. ¡Los chicos no tenían ni idea porque estaban hablando entre ellos en lugar de atender!

Todos se quedaron en silencio, menos Naren porque él podía hacer las dos cosas al mismo tiempo: ¡hablar y escuchar también!

Pudo contestar correctamente a todas las preguntas que le hizo el maestro que, asombrado, preguntó quién había estado conversando en clase... Los chicos señalaron a Naren. ¡El maestro no lo podía creer! Entonces, muy enojado, castigó a los niños.

-¡De pie!-ordenó.

Los chicos se levantaron y Naren también.

-¡Vos, no!-dijo el maestro- Entendiste todas mis explicaciones.

-Sí -dijo Naren-, pero era yo quien hablaba y me reía. Por lo tanto debo ponerme de pie.


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