La terrible escena que les contamos antes entre Naren y su maestro fue escuchada por el director del Instituto, el señor Vidyasagar. Naren, llorando amargamente, le contó lo sucedido y, recogiendo sus libros, dijo que no volvería nunca más a esa escuela. El señor Vidyasagar lo llevó a su despacho y lo consoló.
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